Pero, ¿Y si era algo que realmente estaba en mi? Quererle.
No, era un asco estar confundida, sobre todo con estos sentimientos, ya que hasta él se me había declarado sin dar yo siquiera un paso en adelante. El sí que tenía agallas, y no yo, evitando su persona inconscientemente.
¿Qué será lo que mueve al ser humano para gustarnos solo lo que nos hace daño? Al menos en el amor.
Ya que de ese modo nunca podremos aceptar lo que realmente nos conviene, y siempre amaremos aquello que nos mata por dentro.
Miss Nefastanieves
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