martes, 19 de abril de 2016

Música en el lecho de muerte

Érase una vez una niña, dulce y bonita, con la mirada más brillante del mundo y la sonrisa más sincera de la galaxia. Soñaba con conocer a la mayor de sus fantasías, la música. La niña era pequeña, y no sabía que La Música no era algo material, por lo que no cesaba de buscar y buscar, pendiente de si la encontraba o la veía en alguna parte. Ella era feliz en su ignorancia, era feliz creyendo que algún día conocería a la Música.

Una noche, siendo una de las más frías, la niña se quedó buscando. No cenó, no quería dormir ni dejar de buscar. Estaba segura que allí encontraría a su musa. Sabía que allí encontraría la verdadera felicidad. Y así fue, cuando ya estaba cansada y muerta de frío en un rincón, con los zapatos desgastados de tanto caminar y los piecitos al aire, ella apareció. Envuelta en la más brillante luz y la emoción más sincera se acercó hasta la pequeña y le tendió la mano.

Nadie vio cómo la niña se levantaba y seguía su camino prendida de la mano de la música. Nadie vio la última de las sonrisas más sinceras, y nadie vio como el brillo de sus ojos se apagaba por el frío. Nadie vio nada, excepto al día siguiente, que descubrieron el cuerpo de una niña recogida sobre sí misma, inerte y congelado.

Dicen que la muerte te engaña de la manera más astuta y sutil, que te lleva hasta donde quiere y luego te atrapa sin poder escapar. Pero si algo sé con determinada seguridad, es que la muerte te lleva cuando quiere, no le importa edad, sexo o situación. Te lleva, sin más.



3 comentarios

  1. Es triste pero tiene un tinte alegre porque al final, niña al fin y al cabo, murió con la ilusión de saber que cumplió su sueño.

    Que relato tan hermoso.

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  2. Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado!

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  3. This image was created by Melissa Pagluica. You may only use this image with credit kept in place. Please update this image, you hurt artist by doing this.

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